GÉNESIS DE LA IDEA DE DIOS EN EL HOMBRE Y FORMAS HISTÓRICAS DE ENCUENTRO CON LA DIVINIDAD.
Cuando hablamos del origen de la idea de Dios en el hombre, no nos referimos a su aparición en las personas concretas e individuales. Este es un hecho del que cada uno puede dar cuenta y razón. Más que de una cuestión de hecho, se trata de la posibilidad. La idea de Dios debe ser comprendida por sus razones intrínsecas, sin que guarde proporción con las ocasiones y circunstancias en que se produce. Tampoco guarda relación con Dios la situación de miseria y postración de determinados sectores de la sociedad humana. Ninguno de estos estados puede producir por sí mismo la idea de un ser infinito y todopoderoso. El origen de la idea de Dios en el hombre no es debido a causas externas. Por eso carece de génesis propiamente. Es una idea o afirmación específica que no se explica ni como la de una ilusión perfectamente penetrada en sus causas, ni como la de una construcción del espíritu. En ninguno de los casos la idea de Dios procede de factores ajenos al sentimiento religioso, ni surge