GÉNESIS DE LA IDEA DE DIOS EN EL HOMBRE Y FORMAS HISTÓRICAS DE ENCUENTRO CON LA DIVINIDAD.
Cuando hablamos del origen de la idea de Dios en el hombre, no nos referimos a su aparición en las personas concretas e individuales. Este es un hecho del que cada uno puede dar cuenta y razón. Más que de una cuestión de hecho, se trata de la posibilidad.
La
idea de Dios debe ser comprendida por sus razones intrínsecas, sin que guarde proporción
con las ocasiones y circunstancias en que se produce. Tampoco guarda relación
con Dios la situación de miseria y postración de determinados sectores de la
sociedad humana. Ninguno de estos estados puede producir por sí mismo la idea
de un ser infinito y todopoderoso.
El
origen de la idea de Dios en el hombre no es debido a causas externas. Por eso
carece de génesis propiamente. Es una idea o afirmación específica que no se
explica ni como la de una ilusión perfectamente penetrada en sus causas, ni
como la de una construcción del espíritu.
En
ninguno de los casos la idea de Dios procede de factores ajenos al sentimiento
religioso, ni surge de una crítica de las circunstancias económicas y sociales
o de la decepción de la propia vida. Tampoco es debida a un proceso de
integración, de depuración y de contraste, sino que aparece como exigencia
interna del espíritu, que la descubre al reflexionar sobre sí mismo o por
comunicación del mismo Dios. En el fondo está siempre la experiencia de finitud
razonada por el hombre, así como la necesidad de infinitud. Se trata, por
tanto, de una relación de dependencia basada en la misma constitución del ser
humano.
Por
consiguiente, es legítimo concluir que la idea de Dios, como ser sin más, se
hace presente a la inteligencia (facultad del ser), por vía de disposición
natural o “hábito”, antes de cualquier razona miento explícito y con
anterioridad a su conceptuación y formulación categorial. Antes de ser
"identificado" por cualquier acto consciente, debe existir en el
espíritu cierto "hábito" de Dios. Aunque
no parezca plenamente identificado, en cada uno de nuestros conocimientos
aprehendemos al ser absoluto por inclusión y concomitancia.
Elaborado por: Eddy Alexander Escoto Arauz.
Quiero manifestar mi desacuerdo en lo que respecta a que " la idea de Dios no es debido a causas externas".
ResponderBorrarAunque esta idea sea inherente en la persona, es necesario que se nos enseñe a través del encuentro con el otro. Quienes nos hablaron de Dios fueron nuestros padres, está idea creció en nosotros a través de lo que escuchamos en nuestro entorno y la asimilamos porque aquel que nos creó, nos creó con la idea de Él. Por tanto, no podemos dejar de un lado la influencia de lo externo. Interno y externo se complementan.
Como observación al primer párrafo cuando se afirma "Este es un hecho del que cada uno puede dar cuenta y razón" quiere decir que es una persona individual, por tanto se contradice con lo mencionado anteriormente "no nos referimos a su aparición en las personas concretas e individuales"
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