EL
ARGUMENTO ONTOLÓGICO DE SAN ANSELMO
El
argumento ontológico consiste en la afirmación de que la existencia de Dios se
fundada en la evidencia inmediata de la verdad de la proposición “Dios existe”
Según Kant, la ontología trata de establecer juicios sintéticos a priori a
partir de meros conceptos y eso es justamente lo que pretende el argumento
ontológico: demostrar la existencia de Dios a partir del sólo concepto del ser
divino, sin recurrir a experiencia alguna.
San
Anselmo quiere buscar todavía una única prueba que no sea tan compleja como las
anteriores y de la cual se derive todo lo demás. Por eso parte de la misma idea
de Dios, suministrada por la fe y termina en la inteligencia (según su propio
método) de ese dato de fe. Si el ser mayor que lo cual existe en la
inteligencia (puesto que el insensato lo piensa al negarlo), entonces no puede
existir solo en la inteligencia, puesto que existir es mayor que no existir.
Luego el ser que estamos pensando no sería el ser mayor que lo cual nada
existe. Y esto es contradictorio. Por tanto, Dios existe en la realidad.
El
punto de partida de San Anselmo es la idea del ser perfectísimo mayor que el
cual nada se puede pensar. Esta idea es entendida por todos como Dios, pues
«aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado» es la suma que incluye la
existencia real. Si Dios es por definición el Ser mayor que el cual nada puede
pensarse, tiene que existir realmente, pues si no existiera, no sería lo más
perfecto. El primero que se opone a la argumentación anselmiana es el monje
benedictino Gaunilo, discute los capítulos del 2 al 5 del Proslogion.
Sin necesidad De la existencia mental no cabe deducir la existencia real, pues
para refutar estas objeciones hay que demostrar previamente que el máximo
pensable es una idea que goza de un privilegio especial del que carecen las
demás.
San
Anselmo en su Libro apologético contra Gaunilo, destacando la
especificidad de la idea del máximo pensable lo que se entiende está en
la mente, se trata del máximo pensable (no sólo del mayor de todos), tiene que
existir también en la realidad, porque de lo contrario le faltaría la
perfección fundamental, la de la existencia. La idea en cuestión es una idea
especial.
La
imposibilidad de negar la existencia de una naturaleza no es propia del
entendimiento, sino del pensamiento. Mientras aquél carece de capacidad para
negar la existencia de todas las cosas reales, éste puede hacerlo, a excepción
de la del Ser supremo. Santo tomas Es cierto que el nombre de Dios significa
lo más perfecto que se puede pensar, el cual, para ser tal, tiene que estar
dotado de existencia real.
Interpretaciones
positivas
Dos
son los escolásticos de esta época que se inclinan a favor de la prueba de San
Anselmo: San Buenaventura (1221-1274) y Duns Escoto (1266-1308). La formulación
de San Buenaventura es la siguiente: «Si Dios es Dios, existe realmente, ya que
el antecedente es tan verdadero que no puede pensarse que no sea; por tanto es
indudable que Dios existe» escoto dice Lo
que existe puede pensarse, es decir, conocerse mejor porque es visible o inteligible
por vía de intelección intuitiva; en cambio, lo que no existe en sí ni en otro
mejor no es visible intelectualmente, ya que lo visible se puede conocer mejor
que lo no visible, pero sólo por vía de intelección abstracta. Luego el
cognoscible perfectísimo existe» Ni que decir tiene que Escoto parte de la
noción del ser sumamente inteligible, distinguiendo entre lo que es cognoscible
por conocimiento intuitivo y lo que lo es por conocimiento abstracto.
En
ello, ya que el sistema racionalista emplea la razón como única vía de acceso a
la plena verdad y, en consecuencia, a Dios. Por eso estos filósofos valoran
positivamente el argumento de San Anselmo, empleándolo para conocer a Dios. Nos
referimos solamente a dos de ellos, Descartes y Leibniz, cuyas formulaciones
poseen distinto punto de apoyo: el concepto de necesidad en el primero y el de
posibilidad en el segundo. A diferencia de San Anselmo, Descartes parte de la
idea de Dios como ser necesario. La razón de la existencia de Dios, ser
perfectísimo, no es otra que su necesidad, que está incluida en la noción
innata que poseemos de él con independencia de la experiencia.
Recluido
en el ámbito del puro pensamiento, Descartes encuentra en su mente la idea de
un ser perfectísimo e infinito, Dios, al cual corresponde necesariamente la existencia.
Pero no se da cuenta de que es una idea completamente a priori desconectada
de toda realidad extra mental y, por tanto, dotada únicamente de atributos
mentales y no reales. Leibniz conjuga tres conceptos mutuamente implicados:
esencia, necesidad y posibilidad, cuya ilación se cumple perfectamente en el caso
de Dios. Cualquier esencia, para existir, ha de ser posible (no contradictoria
en sí misma), posibilidad que en Dios implica necesariamente la existencia
real, por ser privilegio exclusivo del ser perfectísimo. Puede decirse que la
existencia de Dios se demuestra geométricamente a priori. En efecto Dios
solo, o el ser necesario, posee el privilegio de que basta que sea posible para
que tenga que existir. En forma
silogística, una vez más: El ser necesario, si es posible, existe. Es así que
es posible; luego existe.
San
Anselmo, siguiendo la doctrina de la iluminación agustiniana, aplica este
principio a la imagen de Dios en el interior del hombre, donde la realidad
divina se muestra de modo inmediato. En esta perspectiva, la prueba anselmiana
no es otra cosa que el desarrollo original de la experiencia del ser y como
tal, prueba también de que el Absoluto existe. De todos modos hay que recordar
que, aunque el pensamiento humano puede concebir la realidad absoluta, por ser
él mismo finito y relativo, no puede captarla conceptualmente ni definirla
unívocamente en su verdadera esencia. Por eso, Dios solamente puede ser conocido
por el sujeto humano si él mismo se manifiesta, ya sea por revelación directa,
ya sea por mostración en las cosas creadas.
ELABORADO POR: OLBIN EDWIN OBANDO URBINA
Considero que el comentario al argumento ontológico de san Anselmo es bastante verifico, puesto que Dios por el hecho de ser necesario y perfecto existe y sino existiera tendría una carencia y ya no seria perfecto y al poder pensar en este Ser Mayor es por que se tiene noción de su existencia por medio de un proceso de interiorización en la persona. 4|5
ResponderBorrarconsidero que el argumento ontológico según San Anselmo está bastante claro ya que se basa en la concepción de Dios como «aquello de lo que ningún ser más grande puede ser concebido». Si Dios es eso más de lo que ningún otro puede ser concebido, San Anselmo argumenta, entonces que no se puede imaginar nada que sea más grande que Dios. por lo tanto existe, porque es posible imaginar un Dios que sí existe. dado el caso es imposible imaginar algo más grande que lo más grande imaginable (Dios).
ResponderBorrarpor lo cual le daría 5/5